lunes, 28 de julio de 2014

Amame para que me pueda ir


Frases
“Ámame para que me pueda ir”

Padres e hijos desde la Ecología Emocional

Capítulo 1: Una elección


1. Un punto de partida condiciona –y a veces de forma considerable- pero
no determina, forzosamente, el futuro de nadie.

2. La tarea más importante de nuestra vida va a ser darnos nacimiento a
nosotros mismos para llegar a ser la mejor versión de la persona que,
potencialmente, ya somos.

3. Elegir bien es el secreto para triunfar en el viaje de la vida.

4. Nuestra principal tarea como padres es nuestra propia construcción
como seres humanos.

5. Si como hijos no hemos resuelto bien la relación con nuestros padres,
como padres vamos a tener problemas añadidos con nuestros hijos.

6. Si no estamos dispuestos a asumir la responsabilidad del trabajo que
supone, no sólo traer al mundo y criar, sino también educar a un hijo, es
mucho mejor no elegir esta opción.

7. No todos tenemos que ser padres. Una persona puede vivir una vida
completa y productiva sin necesidad de tener hijos.

8. Cuando el deseo de tener es la cualidad dominante de la personalidad
del adulto, padre o madre, existen elevadas posibilidades de que la
relación con los hijos sea el de un amo con su propiedad.

9. La Biblia dice: “Honrarás a tu padre y a tu madre”, pero nada dice de
amarlos. No todos los padres son buenos, ni fáciles de amar.

10. El amor no puede ni debe ser un deber, es una tendencia del corazón
que no se puede forzar. El hecho de ser padre no lleva implícita la
prerrogativa de ser amado por los hijos.

11. Un hijo sólo es verdaderamente aceptado y reconocido cuando es
educado por sus padres con responsabilidad y amor.

12. Nos proyectamos en el hijo, diseñamos su vida y la queremos vestir con
nuestra verdad. Pero la autenticidad del amor parte de saber dejarnos
contaminar por la verdad del otro.
Capítulo 2: Ser hijo, tener un hijo

1. Aunque biológicamente seamos padres y podamos tener derechos
legales sobre nuestro hijo, no tenemos, en ningún caso, derechos
emocionales sobre su persona.

2.
Tener hijos puede, en muchos casos, ser un acto de pura inconsciencia
y egoísmo.

3. Quien no ha sido capaz de dar sentido a su vida, puede intentarlo a
través de los logros y éxitos de sus hijos. Es humano, pero ¿es justo?

4.
Tan solo tenemos la custodia provisional de nuestros hijos y, si
cumplimos bien nuestro papel, nuestros hijos se irán con amor.

5. Para no crear relaciones de dependencia con los hijos es preciso que
nosotros hayamos resuelto la relación con nuestros propios padres.

6.
Cuando los padres quieren hacer suyo el destino de sus hijos acaban
aspirando la vida y la energía de la persona que aseguran amar.

7. Amarles bien es la mejor fórmula para protegerles de la destructividad.

8.
Es falso creer que por el hecho de que un hijo sea “tuyo” ya tiene que
nacer siendo simpático contigo. También es falso creer que a los padres
debe gustarles siempre la manera de ser de sus hijos.

9.
Nuestra influencia sobre los hijos dependerá sobretodo de nuestra
capacidad para amarles y de nuestra coherencia personal en el pensar,
sentir y hacer.
Capítulo 3 : ¿Vínculos o ataduras?

1. Si las necesidades básicas de un niño no son cubiertas, éste buscará la
forma de satisfacerlas aunque conseguirlo suponga torcerse.

2. No escogemos a nuestros padres ni tampoco a nuestros hijos. Pero
podemos escoger quedarnos o irnos, continuar vinculados o
desvincularnos, trabajar para mejorar y hacer crecer nuestra relación o
coartarla.

3. Las relaciones sanas no exigen exclusividad y aceptan que se añadan
nuevos eslabones afectivos a la red relacional.

4.
Nuestra tarea como educadores debe basarse más en la influencia que
en la obediencia.

5.
Educere= Extraer, de dentro hacia afuera. Educar supone ser capaces
de facilitar la salida y la actualización de los mejores potenciales de
nuestros hijos.

6.
Nuestros hijos no se educan por lo que les decimos sino por lo que
nosotros hacemos y somos.
7. Para que nuestros hijos tomen la dirección adecuada, nosotros debemos
ir en la adecuada dirección

8.
Para crecer y construirnos bien todos necesitamos la sustancia del
afecto: algo tan sencillo, tan gratuito, tan esencial e imposible de
comprar.

9.
Los padres somos responsables de enseñarles a canalizar su potencial
creativo porque toda energía que no se invierte en crear, se dirige a
destruir.

10.
Si la libertad que les damos no va unida al aprendizaje de la
responsabilidad, nuestros hijos tendrán graves problemas para vivir una
buena vida.
Capítulo 4 : Un sistema relacional desadaptativo
1. La ecología emocional propone un modelo de persona ilusionada por
vivir, que mantiene y alimenta su curiosidad, aprende, crea y ama.

2. Educar es enseñarles a vivir en todo tipo de paisajes y climas
emocionales. No podemos mostrarles tan sólo con la parte fácil, cómoda
o agradable de la vida.

3. El miedo a los hijos suele ser fruto de una relación de dependencia y
necesidad.

4. El miedo a los hijos es el causante de tener hijos con miedo a vivir.

5. La finalidad de la educación no es mantener a los hijos atados, ni
tampoco tenerlos siempre contentos porque, en la vida, uno debe asumir
muchas tareas y responsabilidades que no dan placer pero que son
necesarias.

6. Hay hijos exigentes y difíciles de amar que ponen a prueba el equilibrio
emocional y los recursos de los padres.

7. No se puede hacer dejación de funciones durante años, cediendo a la
tiranía de los hijos y, en determinado momento, exigirles una
responsabilidad y capacidad de respuesta que no se ha ayudado a
construir.

8. Los niños sobreprotegidos se convierten en adultos muy inmaduros y
vulnerables.

9. Los padres o educadores permisivos deben ser conscientes de que lo
que dan a sus hijos no es libertad sino licencia.

10. Tanto la desidia como las sobreprotección son otras formas de malos
tratos infantiles que raramente se consideran.

11. A veces los padres tienden a amar de tal forma y en tal medida el
porvenir de su hijo, a amar tanto a su hijo por los éxitos que espera de
él, que no consiguen dar suficiente valor a su presente.

12. El amor no es memoria sino presente. No se puede amar en pasado.
Será este buen amor el que nos va a permitir emprender una acción
liberadora de respeto y cuidado.

13.
Inundar de amor sin pedir nada puede ser una especie de velo que
cubre sentimientos de culpa excesivos por parte de los padres.

14. Los padres deben dejar bien claro que toda adquisición de libertad y
toda ampliación de territorio supone un incremento de responsabilidad.

Capítulo 5: Un sistema relacional adaptativo

1. Los padres no debemos dimitir de nuestra vida por el hecho de tener
hijos.

2. Para conseguir un ser humano emocionalmente más equilibrado y
armónico es preciso educar sincrónicamente cuatro ejes o líneas de
desarrollo. El objetivo es conseguir una persona autodependiente,
pacífica, creativa y amorosa.

3. Ni la facilidad ni la búsqueda incesante de seguridad son criterios
adecuados para educar.

4. La misión de educar: ser capaces de despertar en los jóvenes el “dolor
de la lucidez”.

5. Formular las preguntas adecuadas afina nuestro sentido crítico, no da
nada por sabido, flexibiliza nuestra mente, pone en marcha nuestra
creatividad y activa nuestra capacidad de explorar y actuar.

6. Lo que enseñamos, caduca; lo que vivimos, siempre queda en pie. Para
que nuestro hijo pueda ser él mismo, tenemos que ser nosotros mismos
y obrar en verdad.

7. En ningún caso debemos descargar en nuestros hijos nuestras basuras
emocionales y aliviar nuestra tensión o frustración.

8. Nuestros hijos no necesitan padres siempre felices, sino padres
honestos.

9. Si bien no podemos alargar ni un minuto más de nuestra vida, sí que
podemos hacerla más amplia, más vivida y más consciente.

10. El único fracaso en la vida es no haber intentado cumplir nuestros
sueños y no haber luchado para desplegar nuestro mejor potencial. El
error, en cambio, es necesario e inevitable y forma parte de nuestro
proceso de aprendizaje.
Capítulo 6: Límites para crecer
1. Educar supone definir límites, señalar pautas, caminos posibles y crear
marcos pactados que permitan convivir en armonía.

2. La permisividad es siempre perniciosa y dificulta al niño la construcción
de su edificio moral, su sentido ético, su concepto del bien y del mal, y
de lo adaptativo y desadaptativo.

3. Rebelarse consiste en oponerse a un sistema de límites y escoger otro.

4. Para ser un buen padre es necesario ser autónomo y valiente.

5. Convivir supone aceptar unas normas de convivencia y compartir tanto
las alegrías como las dificultades que comporta el “vivir con”.

6. El límite del rol y del vínculo consiste en enseñar a nuestros hijos que
somos más que sus padres, -es decir individuos diferentes, con
proyectos y necesidades - y que han de saber aceptarlo y respetarlo. Y
viceversa.

7. La incoherencia del eje: pensamiento-emoción-acción, es algo fácil de
detectar, incluso para el niño más pequeño. Cada vez que el padre es
incoherente pierde autoridad.

8. Es indispensable el aprendizaje de la paciencia y de la espera para
conseguir un buen equilibrio emocional.

9. Ser sobrio no significa ser escaso ni poco generoso. Se trata de hallar la
medida justa, aquel punto de equilibrio que nos permita mantener -
incluso en un entorno de abundancia, lujo y dispendio- conductas
coherentes, solidarias y éticas.

10. Deseo no es necesidad. No todo lo que deseamos es necesario ni nos
conviene, aunque sería bueno aprender a desear y a apreciar lo que
necesitamos y nos conviene.

11. Educar consiste en ir transfiriendo el control del medio interno y externo
de forma progresiva y facilitar el paso de un medio seguro a otro menos
controlado.
Capítulo 7: El poder de la comunicación1. Por comodidad, para sentirnos más seguros y vencer los miedos, o por
pura conveniencia permitimos que las creencias pasadas decidan
nuestra vida presente.

2. Es muy difícil relacionarnos con nuestros hijos vacíos de creencias pero,
por lo menos, sería bueno acercarnos a ellos con la disposición de
centrarnos en su presente y abiertos de corazón y de mente.

3. Nuestra autoestima tiene su sede en el conocimiento de los materiales
que nos conforman y en el valor que nosotros les damos1.

4. La palabra agresiva, injusta, imprecisa y prepotente es un gran
contaminante emocional. Sus efectos en la persona que la recibe son
altamente tóxicos y genera nueva agresividad que se propaga en forma
de conductas violentas y destructivas.

5. Dar permiso para sentir, pensar, expresar y hacer es dar permiso para
vivir.

6. Aunque pensar y sentir es legítimo, no todas las conductas son válidas y
que es necesario practicar el autocontrol y aplicar normas que sirvan
para regular la convivencia.

7. Toda comunicación supone un puente con dos direcciones que permite
el intercambio y el encuentro.
Capítulo 8: La ecología emocional aplicada a las relaciones1. El gran reto de educar a un hijo: enseñarle a ayudarse a si mismo.

2. La conducta de anticipación de los padres les evita conocer el dolor de
la necesidad, el impulso del deseo, la carencia de la frustración y que
activen sus recursos para solucionar las dificultades.

3. A veces confundimos “ser buenos padres” con ser “unos padres
demasiado buenos”.

4. Nadie puede dar a los demás más de lo que tiene o más de lo que es.

5. La falta de coherencia combinada con un estilo dictatorial o autoritario
puede generar en los hijos mucho resentimiento.

6. Cuando no nos gusta lo que recibimos es importante prestar atención a
lo que emitimos.

7. Cuando la situación se ha torcido, podemos enderezarla haciendo
limpieza de las relaciones que nos perjudican y nos son tóxicas.

8. Las energías emocionales ecológicas son aquellas que nos impulsan a
crecer y a desplegarnos como personas, aquellas fuentes necesarias
para nutrirnos y, gracias a las cuales podemos aprender, arriesgarnos,
crear, amar y vivir.

9. La misma conducta impulsada por una energía emocionalmente
ecológica o una energía contaminante puede dar resultados
diametralmente opuestos.
10. Ser valiente no es no sentir miedo, sino ser capaces de hacer lo que es
necesario hacer, a pesar del miedo y teniéndolo presente.

11. La verdadera libertad para mirar conlleva la capacidad de no aplicar
clichés ni prejuicios y el darle al otro la oportunidad de ser valorado en
su presente y no por su pasado.

12. Ser mejores, para mirar mejor. Esta es nuestra tarea.

13. Reivindicamos el placer, producto del vivir de forma sabia, el placer
sencillo del sabernos vivos y sentir con todos nuestros sentidos.
Capítulo 9 : Dejarlo ser, dejarlo ir, soltar

1. Hay quien se siente huérfano de hijo en el momento en que éste se
va. Y esto, duele.

2. Los padres tenemos el deber de preparar a nuestros hijos
ayudándoles a vivir vidas íntegras, pero una vez finalizado este
deber, es importante no insistir más en él.

3. Si cumplimos bien nuestra misión, la primera consecuencia será que
los hijos se irán de nuestro lado para probar sus fuerzas.

4. No es ni inteligente ni adaptativo intentar retener a los hijos.

5. En algunas ocasiones, puede no ser suficiente con haber enseñado a
volar y permitir el vuelo. A veces es preciso forzar el vuelo de
algunos hijos, empujándolos a abandonar su “zona de comodidad o
seguridad.

6. El amor: una red protectora que nos libera, formada por muchos hilos
de amor de muchas personas distintas.

7. Dice un proverbio chino: “ Si amas algo, déjalo ir. Si vuelve a ti,
entonces es tuyo, pero si no, es que nunca lo fue”.
Capítulo 10: Hay vida más allá de los hijos1. La tristeza no tiene que ver con el hecho de que algo sea o no bueno,
sino con la percepción de que algo se acaba y se cierra. La tristeza es la
emoción que corresponde a la pérdida.

2. Somos responsables de darnos el tiempo necesario para cerrar lo que
deba ser cerrado, para adaptarnos a los cambios y encontrar un nuevo
espacio y forma de relación con el hijo que se va y también con nosotros
mismos.

3. Si uno se ha dedicado solamente a ser padre o madre, olvidado su
propio crecimiento personal o su vida de pareja, posiblemente haya
caído en errores importantes en el proceso de educar a sus hijos.

4. Nuestros hijos se sentirán más seguros, más felices, serán más
creativos y capaces de arriesgar y explorar si los padres tenemos vida,
ilusiones y proyectos propios.

5. No utilizar a los hijos como medios para llenar nuestra vida o justificarla
es el máximo respeto que les debemos.

6. Hay vida más allá de los hijos. Pero para continuar nuestro viaje
debemos liberarnos de las cargas que no nos permiten avanzar.

7. Hacer un duelo consiste en vivir nuestra tristeza, aceptarla sin habitarla y
desprendernos de ella.

8. Lo mejor que podéis hacer por vuestros hijos cuando se van es
continuar trabajando, aprendiendo y construyendo un proyecto personal
que os ilusione y os haga sentir vivos.

9. La finalidad del encuentro debe ser la persona misma y no la persona a
fin de conseguir algo de ella.

10. Tenéis el poder de diseñar vuestra vida y la posibilidad de lograr
vuestros objetivos si lo deseáis bastante y estáis dispuestos a invertir
perseverancia, fuerza, voluntad, esfuerzo, creatividad y amor en ellos.

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