Hemos sido amaestrados para vivir desde los estados de necesidad del ego. Cargamos con el agua de los recursos limitados, que nuestra educación nos ha dado, por el desierto de una vida no soñada: nos dijeron que sin esos recursos no seríamos nada en la vida. El sofocante sol nos recuerda que hemos de dosificar el agua que nos dieron, cada día es una caminata hacia un destino que en realidad no sentimos como propio. Nuestras creencias nos mantienen en el desierto, pero … sólo mientras demos prioridad a esos reiterados y viejos pensamientos que nacen de ellas.
¿Qué
te parece, querido lector, sacar la brújula de tu corazón y buscar tu verdadero
norte, esa dirección que te conduce a tu vida soñada ….? Deja de seguir a los
que prefieren el desierto y la seguridad de su pequeño cántaro de agua y camina
hacia tu propia vida, esa en la que no tienes que cargar con creencias que no
sientes como tuyas, esa en la que el agua brota inagotable y con música alegre
de tu propio manantial, esa en la que te reconoces en tus propias creaciones.
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