http://www.mundonuevo.cl/blog/revista-mn-95-mayo-junio-2014/hacia-una-nueva-educacion/
Hubo un humorista que
solía ponerle inyecciones a las hojas enfermas que ya se habían
desprendido del árbol. Eso es exactamente lo que la mayoría de los
educadores están haciendo. Están trabajando para corregir los efectos,
sin descubrir la causa del fracaso de la educación.
La educación es la base sobre la cual debe
construirse una nueva vida. Todo lo que somos es el reflejo de nuestra
educación. El concepto más importante que se debe enfatizar en la nueva
educación es que el ser humano no puede vivir para sí mismo sino para
los demás.
La vida que llevamos, el nivel de nuestra
conciencia, nuestra relación con los demás y nuestros sentimientos y
acciones son el reflejo de nuestra educación. Sea lo que fuere que
hayamos aprendido y recibido de nuestros padres, entorno, colegio,
universidad, iglesia, etc., esto se refleja en nuestra vida. Si
evaluamos a una persona, descubriremos que es exactamente lo que
recibió en el pasado. Sus ideas, emociones y acciones reflejan lo
recibido de los demás.
Cuando arrecian tiempos críticos, la gente, los
grupos, las naciones y la humanidad en general buscan una nueva
educación, porque enfrentan la vida y descubren que la educación que
recibieron anteriormente no puede resolver sus problemas actuales. Ésta
es una idea muy importante. Cuando sentimos de pronto que no sabemos o
no podemos resolver los problemas de nuestra familia o de la vida en
general, entonces buscamos una nueva educación o una nueva herramienta
para resolver dichos problemas, Ahora, es el tiempo en la historia de la
humanidad para una nueva educación. A menos que nuestros niños sean
criados en el seno de una nueva educación, no sobreviviremos como un
todo y este planeta perecerá en el sistema solar.
Es muy fácil comprobar hasta dónde hemos llegado
gracias a nuestra educación anterior. Hemos sido empujados hacia el
borde de un abismo y es el momento en que la conciencia colectiva de la
humanidad exige una nueva educación.
En un principio, los monasterios, conventos e
Iglesias tenían el poder sobre la educación. Cuando dejaron de
proporcionar a la humanidad las herramientas para solucionar sus
problemas, surgieron las escuelas y las universidades. Sin embargo,
ahora las escuelas y universidades nos han llevado al borde del abismo.
Por ello, la humanidad está requiriendo una nueva educación, ya que la
antigua no resolvió nuestros problemas y no nos conduce hacia la
felicidad, la salud, la prosperidad y la supervivencia. La humanidad
vive con miedo y bajo la amenaza de la aniquilación.
Educación para competir
El antiguo sistema de educación sólo impartía
conocimientos que preparaban a las personas para competir con los demás y
manipularlos. Dicho sistema enseñaba a velar por los intereses
individuales, grupales o nacionales a cualquier costo. En este momento,
no contamos con una educación que se sobreponga a esto. Decimos: “Hijo
mío, sé un doctor para que ganes dinero. Gana más dinero que el resto y
disfruta la vida.” Lo más detestable en el mundo es procurar los
intereses propios a costa de los demás.
Aprendemos cómo protegernos a nosotros mismos y a
nuestro grupo más cercano, y no recibimos educación más allá de ello.
Uno que otro religioso ha dicho algo relativo a esto, pero sus palabras
son como gotas en el mar. La humanidad no pudo asimilar estas palabras,
porque su educación fue muy concreta, casi cementada, y la gente no
tenía la flexibilidad mental para entender las Enseñanzas Superiores.
Nuestro sistema educacional ha fomentado el
desarrollo de la especialización. Algún día entenderemos que ésta
conduce al retardo de la conciencia. Una mente monotemática se sienta
todo el día, por ejemplo, a colocar un pescado a un lado y otro al otro
lado. Una mente monotemática permanece sentada tipiando letras ocho
horas al día. Una mente monotemática puede pasar todo un día colocando
tuercas a tornillos.
Este tipo de “educación” fue introducida a la
fuerza en la conciencia de la humanidad, y es la causa de nuestra actual
civilización y cultura y también la causa de los peligros y tensiones
existentes en el mundo de hoy. En definitiva, se cosecha lo que se ha
sembrado.
La nueva educación tendrá una visión global. En
este tipo de visión, los intereses individuales deben ir en armonía con
los intereses grupales, nacionales, humanos y globales. A menos que nos
desarrollemos e identifiquemos con el planeta, no habrá salvación.
Algunas personas dicen: “¿A quién le importa si
botamos basura en esa área si no está cerca de nuestras casas? Y los
precursores de la nueva educación replican: “El planeta es tu madre.
¿Cómo puedes hacer eso? El planeta te alimenta y tú lo envenenas.” Y los
otros contestan: “¡Pero si estamos produciendo dinero!”
Esta actitud refleja su educación: la educación que
recibieron de sus padres, de su entorno, de su nación, de sus
tradiciones o de su universidad. Si la gente recibe la educación
adecuada, no contaminará el planeta.
Existen nueve principios básicos que la nueva educación debe transmitir en su enseñanza:
El primer principio es crear ciudadanos del mundo.
El antiguo sistema debe desaparecer y tenemos que
aceptar al mundo como un solo mundo y a la humanidad como una sola
raza. Pensar en la humanidad como una sola humanidad es más seguro y más
económico que pensar en forma separada sobre la humanidad.
Al considerar a la humanidad como un solo mundo, se
ahorran miles de millones de dólares. Se reducen los impuestos al
mínimo. Evitamos que los niños mueran en campos de batalla. Se eliminan
el sufrimiento y el dolor, diseminados en el mundo actualmente, porque
las personas no se respetan mutuamente y no se tratan como parte de una
sola humanidad.
Imaginemos cuántos millones de dólares se gastan en
la producción de una bomba atómica. Si sólo un cuarto de ese dinero se
destinara a los educadores de la nueva era, ellos construirían nuevas
universidades donde los niños podrían aprender cómo convertirse en seres
humanos de la nueva era.
Con un solo mundo y una sola humanidad, salvaremos
la vida de las personas, minimizaremos la contaminación del planeta y,
de esta forma, contribuiremos a la salud y a la economía de los
habitantes del mundo. En las nuevas escuelas, los educadores enseñarán a
los niños que este mundo es el hogar de la humanidad y que será el
hogar de innumerables razas futuras. Se enseñará a los niños cómo vivir
en el planeta, de manera que las futuras generaciones puedan disfrutar
de él.
El segundo principio es enseñar a los niños la ciencia de la paz.
Desde el jardín infantil, los educadores deben
enseñar la ciencia de cómo manejar las emociones, las acciones, las
ideas y las relaciones de forma tal de crear siempre paz. Los problemas
deben resolverse mediante la paz; las metas deben lograrse a través de
la paz; las victorias deben alcanzarse gracias a la paz.
Esta
ciencia no puede enseñarse a personas que ya están “torcidas”, porque
traducirán todo lo enseñado según lo que aprendieron en el pasado.
¿Es bueno que haya paz? Algunas personas piensan
que la guerra reditúa. Quieren hacer la guerra, porque se generan
negocios. Sin embargo, si la guerra aniquila a tres o cuatro de
nuestros niños, entonces recién tomaremos conciencia de si la guerra es
buena o mala. Si hay guerra, habrá una gran mortandad en el planeta y
sólo en ese momento la gente dirá que la guerra no es buena.
Aún no podemos comprender del todo que la guerra no
es buena y de que nada la justifica. Como hemos sido educados a la
manera antigua, pensamos en términos de guerra, y el mundo está
organizado de manera tal que debemos tratar de vivir a pesar de la
guerra. Hemos programado la conciencia humana de una forma que es
imposible no pelear. Todo esto puede verse solo si avanzamos un paso
significativo, sobrepasamos la conciencia colectiva global, entramos en
el Plano Intuitivo por un segundo y observamos desde ese nivel la
condición en que se encuentra la humanidad.
La nueva educación debe preparar a los legisladores que formularán las leyes globales.
Éstos deben reunirse en un organismo de naciones
unidas y organizar las leyes para las naciones individuales en términos
de un solo globo. La corte universal que establezcan para hacer cumplir
estas leyes será completamente impersonal y sus fallos serán
definitivos. La nueva educación impondrá dicha corte, porque no hay otra
salida: o cambiamos nuestra conciencia y actuamos con los demás como
seres humanos o nos destruiremos a nosotros mismos y todo el dinero y
tesoros acumulados desaparecerán.
La nueva educación enseñará la ciencia de la belleza.
Desde la más tierna infancia hasta los 70-80 años,
las personas estudiarán la ciencia de la belleza. No se nos ha enseñado a
ser bellos en sentimientos ni emociones. Al contrario, hemos enseñado a
los niños a ser envidiosos e irritables como una forma de
autoprotección. Hemos dicho cosas como: “Tú sabes, hijo mío, que tú eres
el rey. No pienses en los demás, sino sólo en ti.” Con esas actitudes,
les hemos enseñado a ser despreocupados de los demás.
Esta educación debe enseñar la ciencia de la
belleza en el pensar. Cada vez que piensas algo feo, incluso por un
segundo, te envenenas, porque la fealdad contamina tu conciencia. Si te
descubriste teniendo un pensamiento feo, ¿cambiaste esa idea por un
pensamiento bello? Si no lo hiciste, te dañaste a ti mismo.
También debe enseñar belleza de pensamiento, de
sentimientos, de expresiones, de acciones, de las formas y de las
relaciones interpersonales. Ser bello significa rechazar la fealdad.
Nuestro sistema educacional todavía no enseña la ciencia de la belleza.
Por ejemplo, no nos ha enseñado que en todo ser humano existe una
belleza divina y que debemos tratar de encontrar esa belleza en los
demás. El sistema no nos ha enseñado que todos somos bellos.
Desde la infancia, tenemos que enseñar a los niños
que existe una belleza en su interior y que esta semilla debe florecer.
La alternativa es: florece la belleza o aumenta la fealdad.
¿Qué opción vamos a escoger? Podemos optar ahora,
pero finalmente la vida nos llevará al punto en que ya no podremos
escoger nosotros y la Naturaleza nos impondrá su opción. La Naturaleza
nos dirá: “Malgastaste tu tiempo, contaminaste tu conciencia y ahora ya
no hay opción. Puedes sobrevivir o perecer. Si quieres sobrevivir,
debes aprender la ciencia de la belleza y pagar por todo lo que hiciste
en contra de la belleza. Tienes que descubrir una manera para que ningún
tipo de fealdad habite en ti.”
La nueva educación tratará científicamente de cultivar la naturaleza divina en cada ser humano.
Nuestros niños aprenderán en el colegio que no son
cuerpos, emociones o mentes sino diamantes del tesoro de Dios. Los niños
se amarán unos a otros. Pensarán: “Si soy un diamante y tú eres un
diamante, todo está bien. Pero si soy un diamante y tú eres un lobo,
entonces la cosa no funciona, porque te tendré miedo y tendré que
atacarte porque eres un lobo.”
Desde el principio de sus vidas, los padres deben
educar a sus hijos como Chispas de la Fuente Creativa de la Belleza. Sus
niños son divinos. Quizás no podamos entender esto muy bien si nos
encontramos atrapados en la educación antigua. Si así es, de seguro
diremos cosas como: “Me dijiste que es envidioso… Es un chismoso… Nos
odiamos mutuamente…” Y todo esto lo decimos, porque aún vemos a los
demás como cuerpos y no como almas de diamante.
La nueva educación debe enseñar la ciencia de la inmortalidad.
Desde la infancia, tenemos que enseñar a las
personas que son inmortales, que el cuerpo morirá y regresará, pero que
el alma es inmortal. Debemos enseñarles las leyes de la reencarnación y
del karma, que lo que se siembre dará cosecha, ya sea aquí o allá. No
hay escape: el karma tarde o temprano nos va a alcanzar.
Si enseñamos estas leyes a los niños, tendrán una
vida diferente. Si los niños aprenden desde un comienzo que al hacer
cosas malas, éstas se les devuelven, podrán entonces vivir sus vidas de
manera más cuidadosa. Es penoso que esta idea no se enseñe en nuestro
sistema escolar. ¿Por qué? Porque aún tenemos muchas cosas “más
importantes” que enseñarles.
La educación debe enseñar que existen la Jerarquía y el Plan.
Si un ser humano es tan avanzado que lo vemos como
un maestro, cabe preguntarse ¿no habrá otros gigantes a quienes este
profesor considere como sus maestros? Si no pensamos de esta manera,
entonces estamos limitando las posibilidades del desarrollo humano.
En la Naturaleza, existen las estaciones y los
árboles que florecen, que dan frutos y que luego duermen de acuerdo con
un plan. El Sol, los planetas y todo en el Universo actúa según un Plan.
¿Y qué hay de ese Ser Supremo que creó todo y que todo lo creado
funciona según un Plan, en la medida en que no estropeemos o
contaminemos las cosas, por supuesto? Debido a que no hemos respetado la
naturaleza ni hemos vivido de acuerdo con ese Plan, siempre pensando
sólo en nuestros intereses, hemos puesto al planeta en peligro. Debemos
enseñar a los niños que la Vida Planetaria sigue un Plan y que es
necesario reconocerlo y vivir de acuerdo con él.
La nueva educación debe enseñar a los niños que todo lo que existe ha sido creado con un Propósito.
Este principio debe enseñarse desde el jardín
infantil hasta la universidad. Los estudiantes de todas las edades
necesitan aprender que Dios creó todo con un Propósito. Esta idea
iluminará a la humanidad y producirá cambios extremos en nuestras vidas,
generando mayor alegría, felicidad y salud para el planeta.
La educación debe enseñar desde un comienzo que
existe sólo una Vida en toda la existencia y que los Grandes Maestros
vienen cíclicamente al planeta desde esa Vida.
Si les enseñamos esto a los niños, entraremos en
una era de mayor prosperidad, salud y felicidad. Resolveremos los
desagradables problemas del planeta y podremos mirar hacia las
estrellas.
Estos son los nueve principios básicos de la nueva
educación, que debieran enseñarse para que los seres humanos puedan
vivir una vida mejor, disfrutar sus cortas vidas y, en estas cortas
vidas, prepararse para sus vidas más prolongadas. De seguro, mantenemos
nuestra oficina limpia, porque sabemos que tenemos que volver allí día
tras día y no queremos trabajar en el desorden. Lo mismo tenemos que
enseñar a los niños: Hagan algo bello de esta vida, de manera que puedan
regresar al planeta y disfrutarlo, al igual que sus propios hijos.
En una ocasión, me encontré con un hombre de 92
años trabajando arduamente para reparar una enorme casa que había
comprado. Cuando le pregunté por qué trabajaba tanto a su edad para
arreglar la casa, me contestó: “En primer lugar, para mantenerme
saludable. En segundo, porque quiero dejar algo más bello de cómo estaba
cuando me lo entregaron.”
Traten de vivir la vida según estos nueve
principios básicos. No digan que son demasiado viejos para hacerlo.
Siempre son jóvenes, porque no hay edad para el Verdadero Yo. Hay mucho
camino por recorrer aún, desde aquí hasta Sirio, por decir algo. Por lo
que pueden preparase para el largo viaje pensando en nuevas maneras de
vivir.
Todo ser humano es una estación de radiodifusión.
Cuando piensen en estos nueve puntos, los difundirán en el espacio y los
demás –incluso los actuales educadores- los captarán.
Los resultados finales de los nueve principios
básicos son mayor salud, felicidad y creatividad para todos. No se puede
ser saludable en guerra y en contaminación. No podemos ser felices
inmersos en el odio, la envidia y la venganza. La mente no puede ser
creativa si no vivimos de acuerdo con estos nueve principios; de lo
contrario, crearemos cosas para destruirnos a nosotros mismos.
En una oportunidad, un científico me dijo: “No me diga que no somos creativos.”
A lo cual le contesté: ¿Y qué han creado?
Él replicó: “Creamos la bomba atómica. Creamos esa ciencia fantástica y complicada.”
¿Sirve la creatividad para producir cosas que se
usen para la destrucción? ¿Qué tipo de mentalidad piensa que es creativo
inventar algo que está envenenando el mundo con radioactividad?
La educación es la base sobre la cual debe
construirse una nueva vida. Todo lo que somos es el reflejo de nuestra
educación. El concepto más importante que se debe enfatizar en la nueva
educación es que, de ahora en adelante, el ser humano no puede vivir
para sí mismo sino para los demás. Las cosas erradas y destructivas
provienen de quienes viven sólo en función de sí mismos, sin tener en
cuenta a los demás.
Si las naciones viven para otras naciones, si los
grupos viven para otros grupos, si los esposos viven para sus esposas y
las esposas para sus esposos, alcanzaremos el paraíso en la Tierra. El
reino de los cielos vendrá a la Tierra si los seres humanos viven el uno
por el otro.
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Texto de Education as tranformation, vol II, basics of education. TSG Publishing Foundation
Torkom Saraydarian (1917-1997), fue un profesor, escritor, conferencista y compositor de música sacra. Su legado está compuesto por más de 170 libros –de los cuales sólo la mitad de ellos han sido publicados; su mayor logro en sus escritos fue sintetizar y hacer comprensible en lenguaje común el enorme y complejo cuerpo de conocimientos de la Sabiduría Ancestral.
www.tsgfoundation.org